1. La situación determina el éxito
Planifica tu mini‑acción alrededor de anclas: tras despertar, tras el almuerzo, antes de una conversación. Evita horarios vagos. Cuanto más específicos lugar, momento y duración, mayor la ejecución.
2. Elige conductas observables
Pronuncia una frase en voz alta, respira 15 segundos con atención, formula una pregunta clara. Las acciones visibles refuerzan la percepción de progreso.
3. Normaliza las recaídas
¿Saltaste un día? Retoma de inmediato con la versión mínima. La cadena se mantiene "activa" y evitas asociar estrés a un fallo.
4. Fortalece tu narrativa
Anota lo que te aporta la acción: calma, foco, valentía. Al ponerle palabras a los efectos, tu autoimagen evoluciona.
5. Comparte y evoluciona
Comparte una pequeña victoria con alguien o con tu equipo. Un breve retorno acelera el desarrollo y aumenta la constancia.